El nuevo contrato de Jordi Alba se pactó en sus líneas maestras hace varios meses ¿a primeros del 2012¿ pero no ha sido hasta estos días cuando ha empezado a pulirse en sus pequeños detalles. El Barça desea priorizar el equilibrio interno en el vestuario del Camp Nou y para ello ha diseñado a lo largo de las últimas temporadas unos baremos económicos que acaban por englobar a toda la plantilla. Solo Leo Messi y los canteranos que están a caballo del filial y el primer equipo disponen de un régimen personalizado. El futuro lateral zurdo se integrará en la tercera escala salarial.
La voluntad de ambas partes pasa por concretar un contrato de larga duración, que permita a Alba disfrutar de la calma y tranquilidad necesarios para adaptarse sin problemas al juego del equipo. El club, por su parte, garantiza la progresión de un internacional que regresa a casa con solo 23 años y una enorme progresión por delante. El resultado final son cinco temporadas, aunque existía la posibilidad de firmar cuatro años con opción a un quinto, que prolongaría el compromiso como mínimo hasta el 2017.
Pero la parte más sustancial llega en el apartado económico. Ahí tampoco existe excesivo margen de pelea negociador. El defensa sabía desde un principio que pasaría a engrosar la lista de fichajes que a su llegada al Barça pasan a encuadrarse en el tercer nivel salarial. Un status que lleva a percibir unas cantidades que superan muy ligeramente los 3 millones de euros. Fue el caso en su día del brasileño Dani Alves ¿antes de la renovación del pasado verano¿ o, más recientemente, el de Javier Mascherano, que tuvo que rebajar sus pretensiones iniciales en un millón de euros para contribuir al traspaso final al Liverpool. Por supuesto, los emolumentos finales son más que flexibles y pueden incrementarse de forma sustancial en función si el equipo acaba por lograr títulos del calibre de la Liga o Champions. Ha sido algo habitual a lo largo de las últimas temporadas marcadas por los éxitos deportivos.
Donde todavía existen dudas es en la cifra final que el Barça deberá desembolsar para sellar el traspaso del jugador. En Valencia no quieren bajar de los 15 millones de euros mientras que fuentes del Barça señalan que se trata de cifras muy superiores al valor real. Zubizarreta intentará hacer valer el peso de las variables para cuadrar voluntades. El club estaría dispuesto a asumir un máximo de 12 millones de euros entro fijos y bonus. Inicialmente, la primera propuesta culé estaba fijada en solo ocho millones de euros.
Con Alba atado desde hace meses ¿los asesores se han convertido en asiduos a un prestigioso bufete de abogados barcelonés¿, el Barça tampoco tiene excesiva prisa por una operación en la que considera que el tiempo juega a su favor. No se debe olvidar que el futbolista percibe en la actualidad una ficha de 1.1 millones de euros, finaliza contrato en 2013 y que su salto al club blaugrana le reportará triplicar sus emolumentos. Casi descartado el anuncio del fichaje antes del inminente inicio de la Eurocopa, el calendario sufrirá un retraso notable. La presentación del nuevo entrenador, Tito Vilanova, y el desenlace de la selección en la cita de Polonia y Ucrania tienen prioridad. Ya habrá tiempo para escenificar un fichaje cantado desde hace semanas.
El Valencia tampoco está por la labor de acelerar operaciones que le puedan castigar a nivel económico. El presidente Manuel Llorente tiene varios frentes abiertos y la aparición de un montante en efectivo no facilitaría las negociaciones. De entrada, estos días debe gestionar un macrocrédito con Bankia. Su voluntad es aplazar un pago importante que le permita disponer de un mayor margen de maniobra este verano. Además, el técnico Mauricio Pellegrino espera disponer de varios refuerzos en cuestión de días. Es evidente que el dinero de Alba incrementaría el coste de las operaciones que la dirección deportiva ya tiene en marcha. Nadie perdona en un mercado carente de efectivo.
Sea más tarde o más temprano, el Barça 2012-13 anunciará la tercera repesca en esta nueva etapa. Gerard Piqué fue el primero, Cesc Fàbregas fue el segundo y ahora le toca el turno a Jordi Alba. Tres jugadores formados en las categorías inferiores del club y que por diferentes motivos tuvieron que dar el salto para buscar mayor reconocimiento. Unos años después regresarán a su casa.
Falta todavía por concretar la recta final de la operación Alba. Tras el encuentro fallido del mediodía, Manuel Llorente y Andoni Zubizarreta buscaban la fórmula para intentar cuadrar sus apretadas agendas durante la estancia del presidente del club levantino en la Ciudad Condal. Ayer se especulaba con un encuentro de última hora, aunque desde Valencia se apuntaba a que ahora sería el momento en el que la delegación blaugrana debería desplazarse hasta la ciudad del Turia.